Una de las personas más odiadas en el entorno de Britney Spears debe ser sin duda Sam Lufti. El que fuera mánager de la Princesa del Pop durante la época de su colapso nervioso ha interpuesto una demanda millonaria contra ella en la que la acusa de ser una drogadicta y de no haberle pagado el 15% de sus ganancias, tal y como quedaba estipulado en su contrato.
El juicio comenzó el pasado dieciocho de octubre, y las declaraciones del abogado de Lufti son escalofriantes: "Mi cliente fue usado como cabeza de turco para disimular el abuso de sustancias ilegales y el comportamiento descontrolado de Britney. Le aterrorizaba la idea de que ella acabara sufriendo una sobredosis". Según afirma Lufti, las anfetaminas eran su droga preferida. De momento, parece ser que la artista no comparecerá en el juicio.
El juicio comenzó el pasado dieciocho de octubre, y las declaraciones del abogado de Lufti son escalofriantes: "Mi cliente fue usado como cabeza de turco para disimular el abuso de sustancias ilegales y el comportamiento descontrolado de Britney. Le aterrorizaba la idea de que ella acabara sufriendo una sobredosis". Según afirma Lufti, las anfetaminas eran su droga preferida. De momento, parece ser que la artista no comparecerá en el juicio.
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