1. Porque le gusta la cultura
Cada vez que Rihanna pasa por una ciudad, lo primero que visita son los sex shops y los salones de tatuaje, donde reconoce que se siente como en casa: "Me encarta visitar a los tatuadores. Los tattos me intrigan muchísimo, hay toda una subcultura en torno a ellos y la estoy estudiando. A veces voy con amigos y otras veces sola, y aunque en ocasiones me acosan los fans nunca me llevo a mis guardaespaldas.
2. Para recordar a sus seres queridos
Todos hemos visto alguna vez en las películas al clásico gángster, pandillero o marinero malencarado tatuarse un corazón con la leyenda "amor de madre", y es que hasta los tipos más duros tienen su corazoncito. Incluso Justin Bieber, que ahora va de malote, se ha tatuado un ojo abierto en el brazo que simboliza la mirada atenta y vigilante de su mamá, Pattie Mallette.
3. Por motivos religiosos
Hay personas a las que les gusta llevar sus creencias inscritas en la piel para recordarlas en sus momentos más difíciles. Katy Perry, que fue criada en un entorno ultrarreligioso, decidió a los dieciocho años tatuarse el nombre de Jesús en la muñeca: "Me gusta saber que, pase lo que pase, estará siempre ahí. Cuando lo miro es como si me dijera 'recuerda que viniste de aquí y siempre podrás volver'", explica la californiana.
4. Para hacerse publicidad
Al igual que los pilotos de fórmula llevan sus vehículos cubiertos por las marcas de sus patrocinadores, hay artistas que aprovechan el espacio libre en su piel para dar bombo a sus productos. El ejemplo más claro es el de Lady Gaga, quien anunció su tercer álbum, ARTPOP, tatuándose el título en su brazo.
5. Por amor
Hay parejas tan seguras de que lo suyo será eterno que deciden celebrar su amor con un tatuaje. Por lo general, cuando se acaba la relación, los ex acuden al borrado láser, pero no es el caso de Britney Spears, quien todavía luce orgullosa el par de dados rosas que se tatuó hace años en honor al padre de sus hijos, Kevin Federline.
6. Por estética
No es necesario tener motivos profundos para llenarse el cuerpo de tinta. Cuando James Arthur, uno de los artistas con más tatuajes del pop actual, visitó No Te Cortes, le confesó a Uri Sabat que sus tattoos no tienen significado alguno: "Sólo los llevo para disimular el color blanquecino de mi piel inglesa", declaró el cantante.
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