La mayoría de profesionales que han trabajado con Lady Gaga no han tenido más que palabras de admiración para ella, pero no es este el caso de Jennifer O'Neill, la que fuera asistente personal de la artista durante diecisiete meses. Tras haber sido la mano derecha de la diva, acompañándola a lo largo y ancho del mundo, O'Neil ha interpuesto una demanda contra su ex-jefa, acusándola de ser poco menos que una dictadora.
Su antigua empleada ha reclamado en los juzgados de Nueva York 380.000 dólares en concepto de horas extras impagadas, y ha calificado de cruel y esclavista el trato que sufrió a manos de la diva, afirmando que esta le obligaba a estar disponible las 24 horas del día, sin permitirle ni siquiera tiempo libre para comer o dormir. Entre sus tareas, estaba la de ejercer de despertador personal, pasarle las toallas después de una ducha y asegurarse de que sus vestidos estaban siempre listos.
De momento, la cantante no se ha pronunciado al respecto
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