Por: Johan Bueno
Domingo tras Domingo y por años ininterrumpidos se viene realizando una juntadera que ha transformado las tardes domingueras de la ciudad de santo domingo.
Un día cualquiera un grupo de jóvenes encabezado por el musicólogo Chino Méndez decidieron unirse y empezar lo que hoy día es el espectáculo improvisado mejor tarareado por los que tienen la oportunidad de participar de este coro.
Es un coro organizado que paso de un junte de "Señores mayores", a convertirse en una "Cherha", adulto-juvenil. Y es que aquí confluyen personas de todas las edades y todas las clases sociales en donde solo se respira confraternidad y emoción al oír el sonido de las claves y los timbales.
Chino Méndez es el cabecilla y los otros muchachos lo secundan, Clave y Maracas en manos, es la nota que da inicio a lo que marcará el principio de la alegría dominguera que embargará el alma de todo mortal que se apueste en ese bello lugar reservado para todo aquel que no tenga "Poses", es un lugar intimo y sagrado, bañado por antiguos muros y murallas que hacen de el uno de los mas especiales de la Zona Colonial.
Ese lugar es el Antiguo Monasterio de San Francisco llamado por el populacho como "Las Ruinas de San Francisco". Desde que avistas la Zona te darás cuenta del ambiente fiestero y armonioso en donde solo se oyen el sonar de los tambores y la algarabía de un publico que por años se mantuvo habido de disfrutar de buena música y de uno de los ritmos mas elegantes con los que contamos los dominicanos en nuestra carpeta de identidad, El Son.
Cada domingo y a partir de las 5 de la tarde se encienden las bocinas que dan el toque de diana para que empiece lo que será a partir de ese momento, una celebración que podría denominarse como una locura hecha realidad por parte de sus propulsores, que aun están ahí, repiqueteando el piano y junto al bajo hacen el complemento para que las trompetas den la energía que necesita el tré y de esa manera sacar las mejores notas para el disfrute de todos.
No dejes de darte una vueltecita con tu familia ya que el ambiente es puramente familiar, te instalas temprano sin olvidar tu neverita repleta de hielo y bebidas favoritas, no solo para ti, también las de los niños y los abuelitos.
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