Como buena admiradora de Andy Warhol, el mayor ideólogo del arte pop, Lady Gaga tiene la aspiración de convertirse a sí misma en una obra de arte viviente. Con esta intención, hace unos días, la cantante invitó a un afortunado grupo de espectadores, entre los que se contaban celebrities como Paris Hilton, a pasarse por el museo Guggenheim para contemplarla mientras dormía.
Se trata de un happening ideado para promocionar su nuevo perfume, Fame, y por lo visto fue espectacular. La cantante se echó una siestecita en una cama de diseño expresionista y, a continuación, se dejó hacer un tatuaje en directo.
Pero esta no es la única locura que Gaga ha protagonizado esta semana. Sus están ya curados de espanto y han aprendido a aceptar los radicales cambios de look a los que es tan aficionada, pero lo que acaba de hacerse su ídolo en el pelo dejará de piedra a más de uno. La artista se ha afeitado la parte de atrás de la cabeza como homenaje a la madre de su amigo el fotógrafo Terry Richardson, que murió el pasado martes. ¿No habría bastado con enviarle unas flores?
Se trata de un happening ideado para promocionar su nuevo perfume, Fame, y por lo visto fue espectacular. La cantante se echó una siestecita en una cama de diseño expresionista y, a continuación, se dejó hacer un tatuaje en directo.
Pero esta no es la única locura que Gaga ha protagonizado esta semana. Sus están ya curados de espanto y han aprendido a aceptar los radicales cambios de look a los que es tan aficionada, pero lo que acaba de hacerse su ídolo en el pelo dejará de piedra a más de uno. La artista se ha afeitado la parte de atrás de la cabeza como homenaje a la madre de su amigo el fotógrafo Terry Richardson, que murió el pasado martes. ¿No habría bastado con enviarle unas flores?
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