""No soy un político, ni un economista así que pueden preguntar lo que quieran". Con estas palabras llegaba Alejandro Sanz a la presentación de su ultimo trabajo, La música no se toca. "Para mi es lo único que no es negociable", admitía en una abarrotada rueda de prensa en el Palacio de Neptuno de Madrid.
Según el artista, este disco es "una oda a la música" y es que, "a veces se confunde una canción con una aplicación de iPhone". Y es que con este trabajo Alejandro abre una nueva etapa: "Después de 20 años estoy satisfecho de mi carrera", afirma rotundo el músico y compositor.
Trece temas directos al alma componen este disco y No me compares su primer single. Sobre él aclara; "Es muy difícil que no te comparen. Cuando pasa el tiempo las comparaciones son odiosas". Aunque ha confesado que para él Se vende, otro de los cortes que conocemos de este álbum, es un tema "muy especial".
Con esta nueva etapa, Alejandro se siente tranquilo, emocionado. Le gusta estar en España, país en el que reconoce confiar, pese a la complicada situación económica por la que atraviesa.
Alejandro Sanz, aquel chico del barrio madrileño de Moratalaz que sedujo a la música Viviendo deprisa allá por 1991 cree que lo mejor está por llegar. Le preguntamos por sus sueños, por esa cuenta pendiente que le queda con la música. Sonríe, nos mira como siempre, con cara de pillo, y responde: "Todavía tengo que hacer la mejor canción de mi vida".
fuente: www.los40.com
Según el artista, este disco es "una oda a la música" y es que, "a veces se confunde una canción con una aplicación de iPhone". Y es que con este trabajo Alejandro abre una nueva etapa: "Después de 20 años estoy satisfecho de mi carrera", afirma rotundo el músico y compositor.
Trece temas directos al alma componen este disco y No me compares su primer single. Sobre él aclara; "Es muy difícil que no te comparen. Cuando pasa el tiempo las comparaciones son odiosas". Aunque ha confesado que para él Se vende, otro de los cortes que conocemos de este álbum, es un tema "muy especial".
Con esta nueva etapa, Alejandro se siente tranquilo, emocionado. Le gusta estar en España, país en el que reconoce confiar, pese a la complicada situación económica por la que atraviesa.
Alejandro Sanz, aquel chico del barrio madrileño de Moratalaz que sedujo a la música Viviendo deprisa allá por 1991 cree que lo mejor está por llegar. Le preguntamos por sus sueños, por esa cuenta pendiente que le queda con la música. Sonríe, nos mira como siempre, con cara de pillo, y responde: "Todavía tengo que hacer la mejor canción de mi vida".
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