De todos es sabido que la familia de Katy Perry es muy religiosa y que su padre, el predicador Keith Hudson, no ve con buenos ojos la trayectoria musical de su hija desde que abandonó el folk cristiano por el pop más desvergonzado. Pero aún así, nos parece excesivo que, durante sus sermones, llame a su retoño "hija del demonio", ¿no creen?
A pesar de que la fama de Katy ha ayudado a aumentar significativamente su congregación, su padre afirma que cuando la ve actuar llora amargamente al comprobar que la juventud adora a los ídolos pop en vez de a Dios, y por ello pide a sus fieles que recen por ella: "Muchos me preguntan cómo puedo predicar mientras mi hija canta que ha besado a una chica", explica disgustado.
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